martes, 24 de agosto de 2010

Intento de Desarrollo 1: “Determinismo, lo que debe ser”.

Encuentro razonable comenzar definiendo un poco lo que esta teoría significa para mí, debido a que es la que pienso refutar y contradecir a lo largo de esta tesis. Yo elijo desmentir el Determinismo, que apunta a que las cosas son como son porque deben ser así. Anhelo quitar esta perspectiva de mi modo de pensar, pese a haber creído tanto en ella, ya que no me convence que nada ni nadie pueda tener la capacidad de diseñar su propio existir. Además, siento que si vemos al transcurso de la vida bajo el alero del determinismo, sería una vida carente de sentido. Como todo lo somos, pensamos, hacemos y decimos tiene que ser ¿Vale realimente la pena vivir si hasta echarse a morir dejando que el tiempo pase es, a lo mejor, lo que tiene que pasar?


Pasemos entonces a una primera aproximación de pregunta, ¿Qué es (para mí) el determinismo?

Desde que comencé a darle vueltas a esta idea (ya hace unos 3 años) hasta el día de hoy he sentido una suerte de obligación interna que me llama a formar un diseño de vida en el cual basar mis acciones. Pensé en que la forma más estable de transcurso de la vida es el determinismo, ya que me proporcionaba una suerte de “traje antibalas a prueba de fallas” que podía explicar cualquier acontecimiento o suceso a lo largo del transcurso de vida.

Para mí, el determinismo implica que la sucesión de hechos que conforma nuestro vivir y nuestro existir, esta ya “determinado” o prescrito. Lo que hacemos todos los entes que vivimos y existimos es entregarnos a esta trama ya construida, sin que nosotros podamos afectar de ninguna forma “EL” (no existe otro) flujo normal de acontecimientos.

Con acontecimientos me refiero no solo a sucesos que se den a lo largo de esta trama, sino también a los pensamientos, conversaciones, conflictos, acciones que tengan cabida en la vida de alguna persona, animal, ser vivo, etc. Todos estos estarían ya predichos quitando cualquier oportunidad de alterarlos y así alterar el futuro. Entonces, el universo en el que vivimos, como también sigue un transcurso de acontecimientos en toda su vasta e infinita extensión también estaría predestinado a ser lo que deba ser.

Apuntaba también a que este determinismo es a nivel colectivo más que individual. Como vivimos en un mundo de relaciones, todos estamos regidos por la misma línea de tiempo. Cuando dos seres vivos se relacionan, están obligados a establecer distintos tipos de contactos entre si, como lo son las conversaciones, los convencimientos, las criticas, los abrazos, los partidos de futbol, etc. no se daría un choque de transcursos de vida (que podría eventualmente modificar alguno o ambos) si no que se sigue con el normal desarrollo de acontecimientos. Esas personas debían relacionarse y lo que hicieron, hacen y vayan a hacer es lo que debe ser.

Razones para pensar esto, para mí las había (realmente las hay aun, pero no quiero pensar en ellas) y en montones, a eso iba el comentario de traje a prueba de balas. Algunas de ellas apuntaban como excusa a lo malo que me sucedía, como es el sencillo ejemplo de una pelea o una mala nota, hasta un ejemplo un poco más extremo, como cuando un familiar o un conocido fallecían. Yo respaldaba estos incómodos y tristes eventos con el determinismo, diciendo que esos conflictos y sus posteriores consecuencias tenían que ser (muy a mi pesar).

Otras razones apuntaban a “chaleco anti-balas” contra la decepción. Uno siempre al hacer algo, espera un éxito total o los resultados que necesita. Al tener en cuenta que las cosas resultan porque deben resultar así, las expectativas se mantenían acorde a esta perspectiva, teniendo claro de qué bueno o malo, es lo que tenía que ser, entonces esta idea me ayudaba a aprontar mí transcurso de vida con la mejor disposición a los hechos.

martes, 10 de agosto de 2010

Motivación...

El Transcurso de la Vida, aquella sucesión de hechos en la cual nos desenvolvemos y que comprende nuestra historia; aquel entramado de relaciones, conductas, experiencias, sentimientos, y todo lo que pueda a surgir en él, siempre me ha llamado la atención.

El flujo de acontecimientos que yo he experimentado en lo largo de mi vida, me ha hecho formular una interrogante, que si bien nunca he profundizado, me ha estado intrigando, disfrazada bajo otras preguntas, durante largo tiempo. Y es que ¿Nuestra vida esta predicha o se va formando a medida que transcurre?

Una forma de la cual yo me valía para ver la vida, era que nosotros, junto con todos los seres vivos, nacíamos insertos en una línea de tiempo ya estructurada con antelación a que existiésemos. En esta vida, el ser al cual le pertenecía sólo vivía su vida, la cual era completamente independiente de lo que él hiciese o intentara hacer para influir en ella. Para ser más claro, podría decir que cada pensamiento que cruzase por la mente de este ser, cada palabra que dijese, cada acción que hiciese, cada decisión que tomase, en realidad era lo que debía ser.

Bajo esta perspectiva, da lo mismo lo que uno hiciese, ya que todo sería como debería ser. Por lo tanto, la pérdida del ser amado, el rompimiento de una relación, los éxitos y caídas que uno tiene en la vida, todo estaría predicho y uno se puede dejar arrastrar por los transcursos de los eventos, y puede ser que hasta el que yo este escribiendo esto o Ud. lo esté leyendo sea lo que debe ser. Si lo llevamos a un nivel macro, me arriesgaría a estipular que mas que individual, este destino prescrito es a nivel colectivo, donde todos estamos en la misma “línea de tiempo”, donde todos los eventos que ocurran, tanto al individuo, como al grupo, como a la sociedad, como al mundo, como al universo, este ya predestinado a ser.

Otra perspectiva, un poco más amable a mi parecer (y en la que quiero creer), es que en el transcurso de la vida, el pasado pasó, el presente es y el futuro no existe. El futuro se va construyendo gracias a las elecciones que nosotros tomamos a lo largo de nuestra vida. Si yo opto por algo (por decir algo, o por hacer algo), va desencadenar una serie de sucesos que al final va a formar un futuro para todos.

Esta forma de ver la vida me atrae más que la primera, ya que el ser tiene “el destino en sus manos”. Aunque si me asusta un poco, ya que en la primera cabe la no-decepción. debido a que todo lo que pase es lo que debe ser, mientras que en la segunda vale preguntarse el “¿Que pasaría se hubiera escogido lo otro?”. Pero en la primera quedan inútiles conceptos como el libre albedrío, ya que no es que nosotros decidamos decir, pensar o hacer algo, si no que es lo que debe ocurrir. Y así hasta que llegue nuestra hora final.

Entonces la disyuntiva sería: ¿Cuál de las dos resulta más convincente?, o ¿si ninguna de las dos resulta a una definición cercana a lo que es el Transcurso de la Vida, habrá una que se adecue y me deje cómodo?

La motivación que me lleva a querer abarcar este tema viene ligada a mi pasado, pero reciente pensamiento, de que Dios, omnipotente y todopoderoso tenía una vida preparada para nosotros, sus hijos. Entonces todo era designio del Padre Celestial, lo que avala totalmente que hay que dejar que las cosas transcurran con normalidad, sin cuestionarse nada por ser lo que el Señor quería que nos pasase. Esto correspondería a la primera perspectiva. Pero me gustaría empezar a darle vueltas a la segunda opción, ya que si la vida se va formando gracias a las distintas elecciones que puedo escoger, le da a la vida un poco más de dinamismo, y un poco de dependencia de nosotros.

Me gustaría que el que leyese este trabajo, sea de cualquier religión o de ninguna; de cualquier postura existencial, se encontrara con elementos que alguna vez hubiese replanteado y revisado acerca de su opinión acerca de esta sucesión de hechos, al cual llamamos vida.

También espero que, en base a lo que encuentre en este texto, este a favor de una de estas perspectivas de analizar la existencia, o que genere una propia, o que se quede con la que ya tenga. Pero que teniendo estas nuevas perspectivas contempladas, sea capaz de ir más allá del “nacemos, somos, morimos”. Que encuentre una definición de su propia existencia y que se pueda dar cuenta de que puede hacerse preguntas acerca de cosas tan personales y cercanas como la vida misma.

Voy con disposición y ánimo a adentrarme a este mundo del cual nunca había puesto mucha atención, esperando algo que me deje un poco más a gusto. Veamos que pasa... y a lo mejor "Que sea lo que tenga que ser".